Las mil y una noches y días de Isabel Azkarate

Viajera intermitente, esta vez, Isabel nos muestra un trozo de Turquía.
Sus ojos y su cámara han recorrido el Oriente y el Occidente. Desde el Amazonas a los senderos de Nepal, desde Bali a los Andes y el Altiplano, del Sertao Brasileño al desierto Africano. Del mundo rural al urbano y del poblado a la metrópoli (New York, New York, otro tiempo y huella de su vida).

Tierras, cielos, montes, color, tristeza, armonía, miseria, opresión, poder, nostalgia, la expresión de la desesperación y la pobreza, la risa de un niño, el temblor de un viejo, la locura, el infinito, la noche, la belleza, la vida y a veces la muerte, perspectivas, paisaje, y luz, mucha luz, el mar, y siempre el hombre, la mujer, el niño, el anciano, el indio, el vendedor, los artistas, la ambigüedad, el travesti y la mujer más guapa del mundo. Imágenes y fotos que han entrado y se han fijado a través de la retina, los sentidos y las lentes de la cámara de la fotógrafo.

De oficio obstinado, siempre expectante, en guardia, tenaz. La maquina fotográfica como un apéndice más del cuerpo y el alma de Isabel Azkarate.

Esta vez nos muestra un trozo del Oriente incipiente, Turquía, en la muga de la decadencia y la prepotencia Occidental.

Los turistas “ricos” se pasean medio desnudos por los templos y espacios sagrados de Éfeso, proyectando sus caricaturas y actitud frente al trabajador autóctono, pobre pero llenos de una dignidad y una clase que contrasta y trasciende desde sus ancestros en el Oriente mágico.

Y pasan el aguador, el vendedor de Sandías, el zapatero, el cartero, las viudas cubiertas de negro, los vendedores de té y el calderero, los ancianos respetuosos y descalzos descansan frente a la Mezquita, los ferreteros, el sastre, el coleccionista y los cocineros, niños, marineros, la esencia de la vida, el vendedor de alfombras.

Sigue el viaje de Isabel Azkarate.

Juan Cruz Unzurrunzaga.
Promotor cultural dueño de la Galería Ekain de San Sebastián.

Viaje por Turquía.
Sociedad Fotográfica de de Guipúzcoa.
Noviembre 1999